Ser “misional*” y ser bautista

Por Daniel Vestal

Al interactuar con congregaciones bautista es alentador ver cuantas de ellas están procurando definirse como “misionales”. Y por ello, tal vez, escucho la pregunta, "¿ser ‘misional’ tiene algo que ver con ser bautista? Y la pregunta opuesta, "ser bautista tiene algo que ver con ser “misional”? Las siguientes reflexiones son un esfuerzo por explorar la relación entre los dos.

Ser “misional”

La palabra “misional” es una palabra relativamente nueva en el vocabulario cristiano. Es un adjetivo que describe al cristiano o a la iglesia que discierne la misión de Dios y descubre cómo piensa participar en aquella misión.

Dios está en la misión de transformar al mundo por medio de Jesucristo. La misión de Dios es crear una comunidad global de justicia, paz y amor. Y nosotros, estamos invitados a participar en esa misión de Dios por medio de Jesucristo, y ser una continuación de la presencia de Cristo en el mundo. Como individuos y como fieles participamos en la misión de Dios cuando:

  • Dependemos del poder y de la autoridad del Espíritu Santo
  • Engranamos en el proceso de hacer discípulos y participamos de su formación espiritual
  • Abrazamos una visión mundial bíblica buscando y sirviendo en el Reino de Dios sobre todo lo demás
  • Pensamos y actuamos en nuestra comunidad y globalmente con el menos evangelizado y al más descuidado de la sociedad
  • Abrazamos y servimos a aquellos que son pobres y que sufren
  • Practicamos una comunidad auténtica y celebramos con los demás las bendiciones de Dios

Ser bautista

He escrito varios sermones y artículos en los cuales explico que significa ser bautista. Pero, con toda honestidad, ser bautista no tiene mucho sentido hasta que uno decide ser parte de una iglesia. Hacerse un seguidor de Jesucristo es una decisión personal, pero no es una decisión para ser vivida en privado. Se supone que debemos vivir en compañerismo y unidad con otros cristianos. Allí debemos animarnos unos a otros, debemos apoyarnos los unos a los otros, debemos adorar a Dios juntos y debemos servir a Jesucristo como un cuerpo. Esta comunidad, este compañerismo, esta unión, es lo que el Nuevo Testamento llama la iglesia.

Pero aquí está el problema: ¿Qué tipo de iglesia? ¿A qué tipo de comunidad cristiana debe uno afiliarse y unirse como seguidor de Jesucristo? Debiera estar claro que hay muchas clases de iglesias donde los seguidores genuinos del Señor van para participar del compañerismo, de la adoración y del ministerio. Tenemos que estar muy claros en esto porque puedo recordar un día cuando la gente decía, "Mi iglesia es la única iglesia verdadera." Esperamos que ese día haya quedado en el pasado. Pero, permítame hacer la pregunta una  vez más: ¿a qué tipo de iglesia debo unirme como un seguidor de Jesucristo?"

Sin dar una versión larguísima de la historia bautista o de sus creencia, déjeme ofrecer unas declaraciones que resumen esta tradición llamada bautista. Esto es una tradición que nació hace aproximadamente 400 años y que ha resultado en que miles de iglesias hayan sido comenzadas.

  • Los bautistas han creído que la salvación se experimenta, por la gracia de Dios, como un individuo que libre y voluntariamente confía en Jesucristo como su Salvador y Señor. Nadie puede confiar en Cristo por alguien más. Nadie puede atribuirse ningún poder para que otro tenga fe o se comprometa. Tampoco podemos imponer a otra persona que confíe en Cristo. Siempre es un acto voluntario.
  • Los bautistas han creído que después de confiar en Cristo, uno debe confesar en público y libremente su fe en las agua del bautismo. El bautismo es un acto voluntario de obediencia a los mandamientos de Cristo. Los bautistas han diferido en el modo de bautizar, aunque la mayoría ha practicado la inmersión. Pero aquí lo importante acerca del bautismo es que consiste en un acto público de confesión.
  • Los bautistas han creído que cada persona que confía en Cristo es competente, tanto para responder a Dios como para representar a Dios ante los demás. Cada creyente es un sacerdote que puede ir directamente a Dios. Cada creyente es un ministro que es dotado por el Espíritu Santo y que es llamado a usar dichos dones tanto en la iglesia como en el mundo donde además la misión de Cristo se lleva a cabo.
  • Los bautistas han creído que la Escritura es la Palabra inspirada de Dios y es la autoridad para nuestra fe y práctica. Sin embargo, los bautistas también han creído que cada persona es libre de leer, interpretar y aplicar la Escritura a sus vidas cuando el Espíritu Santo así los guíe. Esto significa que los bautistas han resistido al uso de credos humanos para forzar la conformidad de sus creencias. Su fuente de autoridades ha sido la Biblia y no una interpretación humana de la Biblia.
  • Los bautistas han creído que cada iglesia es autónoma y que debe ser libre de controles eclesiásticos o del gobierno. En una visión bautista, no hay ninguna cosa tal como "la iglesia Bautista." Lo que hay son iglesias bautistas y cada iglesia es libre de determinar su ministerio, planear su adoración y de elegir a sus autoridades.
  • Los bautistas han creído que como las iglesias deben existir sin el control del gobierno, el gobierno debe ser libre del control de las iglesias. Este significa que los bautistas han rechazado un estado controlado por la iglesia, como han rechazado una iglesia controlada por el estado. Ellos han abogado por una iglesia libre en un estado libre.
  • Los bautistas han creído que cada cristiano y las iglesias locales deben trabajar juntos y voluntariamente por el Evangelio. Esta idea es a veces llamada el "principio de las asociaciones" y esto ha resultado en muchos ministerios notables de colaboración. La cooperación y la conexión voluntaria son por mucho una parte de la historia Bautista y de la identidad que tenemos como individuos autónomos y libres.

Ser “misional” y ser bautista

Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con ser “misional”, particularmente en el siglo veintiuno  –un siglo que a veces es llamado postdenominacional? Hay muchas iglesias “misionales” que no son bautistas, y por supuesto hay muchas iglesias bautistas que no son “misionales”.

  • En una iglesia “misional” que es bautista cada persona será valorada porque cada uno es un sacerdote ante el Señor y un ministro de Cristo. No hay miembros "de primera clase" ni de “segunda clase". La diferencia entre "clero" y “laicado" no es importante o significativo. Las ordenanzas de bautismo y de la Cena del Señor pueden ser administradas por cualquier miembro de la iglesia si los fieles así lo deciden.
  • En una iglesia “misional” que es bautista no hay  autoridades jerárquicas. En vez de eso hay la toma de decisiones compartida y un ministerio compartido. Los bautistas, a través de su historía, han variado en al papel que tienen los ancianos, pastores, diáconos y otras posiciones de liderazgo. Pero en una visión bautista hay igualdad y un espíritu igualitario que se permea en toda la congregación.
  • En una iglesia “misional” que es bautista las Escrituras serán centrales a su vida y a su ministerio. Ya que la Escritura es la autoridad, el estudio de la Biblia es importante. Ya que la Escritura es la autoridad, la verdad de la Biblia será buscada y se aplicará más que las opiniones o las interpretaciones de otras personas.
  • En una iglesia “misional” que es bautista las diferencias de entendimiento e interpretación de las Escrituras serán respetadas. Las personas serán valoradas aun cuando ellos difieran el uno del otro. Si aceptamos la libertad de conciencia y el sacerdocio de cada creyente, debemos esperar diferencias y aprender a amarnos los unos a los otros a través de aquellas diferencias. La iglesia que tiene un espíritu estricto/estrecho y que comunica una actitud de "a mi manera o de este camino" no tiene una visión bautista verdadera.
  • En una iglesia “misional” que es bautista habrá cooperación voluntaria con otros cristianos para realizar la misión permanente de Jesucristo. Aunque creamos en el sacerdocio de cada creyente y en la autonomía de cada iglesia, eso no significa que actuamos aislados de otras iglesias. Mejor dicho cooperamos en un espíritu de confianza mutua y de respeto. Nos damos cuenta de que las necesidades del mundo requieren de la cooperación y de la colaboración.

¿Puede usted imaginar la transformación que ocurriría en el mundo si las iglesias bautistas discernieran la misión de Dios en el mundo y descubrieran cómo participar en ella? Sería algo revolucionario. De igual manera, ¿puede usted imaginar la energía que tomaría lugar en las iglesias bautistas si ellas descubrieran e interpretaran la visión bautista para el siglo veintiuno en términos de iglesia “misional”? Sería algo fantástico. En la CBF (Compañerismo Bautista Cooperativo) trabajamos y oramos por tal transformación y energía.

*Nota editorial: misional.1. adj. Perteneciente o relativo a los misioneros o a las misiones.

El Dr. Daniel Vestal  fue el primer Moderador del Compañerismo Bautista Cooperativo entre el 1990-1991 y luego sirvió como Coordinador Ejecutivo entre 1996 hasta el año 2012.